CATARATAS DE MONTMORENCY Y LA ISLA D'ORLEANS

Al mediodía llegamos a Quebec, grácias siempre a nuestro GPS que nos lleva hasta la puerta de donde le decimos, bueno, le programamos. Llegamos al hotel que nos habían reservado desde la oficina de información que habiamos encontrado en el autopista y que cumplía todos los requisitos que habiamos dicho: tiene secador, internet, la piscina en la misma puerta y además está a 2 kim. de un magnifico centro comercial, que no tardemos mucho en ir a visitar por la tarde después de las visitas turísticas y antes de cenar.

Visitamos dichas cataratas, igual de altas que las del Niagara pero menos caudalosas y no tan espectaculares, pero también dignas de ver. Como ya era la hora de comer compramos en una charcutería pan de baguette (por fin pan como el que conocemos, qué alegría nos dió a todos), paté, salchichón y jamon york a las finas hiervas, entonces nos fuimos al merendero que estaba al lado de las cataratas y allí nos lo devoramos todo en 10 minutos. Había una pequeña carpa que ponía "securité", como vigilancia de la zona, y un chico muy mono que sólo hacía que mirar a la Lidia por el rabillo del ojo y acercarse de vez en cuando como el que no quiere donde estabamos nosotros, la verdad es que las niñas no se cortaban ni un pelo y también se reian cada vez que pasaba cerca. Son unas descaradas, de buen rollo, claro.
Bueno, cosas de la edad.

Después cogimos el puente que iba a la isla de Orleans, todo de casitas de madera, con mucho verde alrededor, como todo lo de por aquí. Y parece que no existan ni los cacos ni el vandalismo por esta tierrA,porque todas las casas no tienen vallas sino que el jardín es a pie de carretera y es una pasada la de flores que tienen, de todas clases y colores. Las tiendecitas eran las típicas de los pueblos antiguos, que si la chocolatería, la panadería, etc, todo mjuy típico y además por la carretera podías encontrar puestecitos que te vedndían las frutas típicas de esta zona que son la fresa y el raspberry (frambuesas), también se encuentra el sirope de savia de alce, típico de aquí, el yayo que lo vendía me dijo que me lo llevara que valía la pena porque era cogido justo de este año, y me lo llevé. También hacen una especie de dulce con la savia y también sacan azucar.Muy bueno para cuando se está constipado o decaido.